La fortificación de Puebla de Sanabria

Aparece recogida en el fuero de 1220 y posiblemente fue ampliada durante los siglos XIV y XV bajo el dominio sucesivo de los Alburquerque, los Castro, Men Rodríguez de Sanabria y los Losada. Sin embargo, la fábrica del castillo es muy posterior.
Tras comprar la mitad de la villa, el tercer conde de Benavente inició las obras sobre una antigua torre llamada «de los Losada» en torno a 1450.
Tres décadas después, toda la villa quedó bajo el señorío de los condes de Benavente, lo cual debió influir en la decisión de acometer el conjunto de la obra. En su mayor parte, esta labor corrió a cargo de Rodrigo Alfonso de Pimentel, cuarto conde, y su esposa María Pacheco entre 1477 y 1482.
Hacia 1506 sus muros acogieron a Juana «la Loca» y Felipe «el Hermoso», reyes de Castilla. Asentado en un escarpe sobre el río Tera y ejecutado íntegramente con sillería de granito, el castillo se compone de un recinto de planta cuadrangular que alberga una torre del homenaje de planta cuadrada conocida como «el Macho». La muralla está reforzada en todos sus lados por torreones de planta circular, semicircular o cuadrada. La entrada principal está flanqueada por dos de estos cubos presididos por el escudo de los Pacheco y, presumiblemente, por el de los Pimentel. Tras flanquear la entrada, hay que recorrer un zaguán de doble codo antes de llegar al patio, en cuyo centro se alza la torre del homenaje. «El Macho», al que se accedía a través de un levadizo, está formado por varias plantas donde se concentraba la vida palaciega. En las salas nobles aún se pueden ver chimeneas, ventanales labrados e, incluso, la letrina. Durante el siglo XVII parte del perímetro se adaptó a la artillería con baluartes. En el siglo XVIII el conjunto fortificado se amplió con un fortín cercano con planta de estrella llamado «de San Carlos».
Restaurado en gran medida, el castillo se conserva íntegramente. En la actualidad está destinado a biblioteca municipal y Casa de Cultura.